Cada año, tres mil niños son víctimas de violencia familiar

08.04.2012 18:37

GUADALAJARA, JALISCO (10/JUN/2011).- En las 29 unidades de atención del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Jalisco, sólo se tienen tres mil casos reportados de niños violentados cada año en sus hogares, una cifra “mucho menor de lo que se cree según las estadísticas”, afirmó Luis Manuel Calderón, asesor del Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar (CEPAVI) de la institución.

El experto que el mayor riesgo de violencia está en la casa, porque los padres, figuras que representan poder, respeto y autoridad, “con frecuencia los que agreden en materia sexual”.

La situación puede ser peor para grupos vulnerables como personas con alguna discapacidad, de la tercera edad, niños y adolescentes, debido a que son los más susceptibles a padecer los influjos de la violencia intrafamiliar por el sistema de valores que confiere autoridad a los proveedores de recursos en las familias, y es que la violencia, además de psicológica y sexual, “también puede ser económica”.
Calderón explicó que dentro de las normas de la familia, generalmente los padres tienen la creencia de que los hijos son de su propiedad y deciden qué deben o no hacer, una situación que fomenta actitudes de no respeto hacia los integrantes más pequeños y que limita la autonomía personal de los hijos.

Identificó como posibles víctimas de una situación de violencia a “los niños retraídos, serios, los que se alejan y tienen problemas para relacionarse con los demás”, pero también a “los niños problema que agreden a otros porque puede ser que reaccionen así por la situación de violencia que presencian con sus padres”.

El bullying tiene origen en crisis familiares

La violencia que trasciende en el ámbito escolar, y fenómenos como el bullying, tienen su origen en la violencia intrafamiliar, debido a que se acepta a la violencia como una norma aprendida desde “el espacio creado para la protección de las personas”, el hogar. En nuestro país una aceptación de agredir a los niños con el objetivo de educarlos, añadió el experto del CEPAVI.

Apuntó que la violencia intrafamiliar trasciende a toda la población sin hacer distinción entre factores como la urbanización o los niveles socioeconómicos, debido a que sucede por las relaciones de desigualdad que pregonan en las familias, nichos donde el poder se confiere a una sola persona y ésta tiene el libre albedrío de manifestarla ejerciendo un abuso de poder.

El asesor del DIF instó a los padres de familia, profesores y al resto de los alumnos a acercarse a los menores que presenten síntomas de afectación por algún clima de agresión intrafamiliar e integrarlos en mesas de conversación. “La primera reacción es castigarlos, culparlos y hasta alejarlos del resto, pero la exclusión sólo fomenta mayor agresión y entre más lo hablemos con ellos y más nos comprometamos, son más las posibilidades de luchar contra este problema”.